domingo, 15 de octubre de 2006

NOTA DIARIO LA NACIÓN


SABADO 19 de abril de 2003
Nota

Hoy se estrena "Popcorn"Dura crítica a la violencia visual
Escrita por el autor inglés Ben Elton, la comedia está dirigida por Rony Keselman
La pieza, originalmente una novela, recibió premios internacionales
La interpretación estará a cargo de la compañía de teatro El Cuadrilátero

Fotos

El joven director acepta el desafío
de dirigir a un elenco numeroso
Foto: LA NACION / Jorge Bosch

En 1996, el narrador, guionista de televisión, actor y humorista inglés Ben Elton conmovió a sus lectores con "Popcorn", una novela extraña para una época en la que se hacía mucha gala de un hueco posmodernismo. Entonces él propuso una seria reflexión sobre la responsabilidad que les cabe a los medios a la hora de analizar la violencia ciudadana.
. La historia es bastante simple: un director cinematográfico cuyas creaciones pueden emparentarse con las de Oliver Stone o Quentin Tarantino gana un Oscar de la Academia de Hollywood, y cuando regresa a su casa, luego de recibir su premio, se encuentra en ella con una pareja de asesinos. Ellos pretenden responsabilizarlo, ante los medios, por el tipo de películas que concibe.
. Siendo Elton un hombre de teatro, no fue difícil que adaptara su novela a las tablas y la estrenó, a fines del mismo año, en el West End de Londres, con gran éxito de crítica y público.
. "Popcorn" se representó en muchas capitales del mundo y llega ahora a Buenos Aires con dirección de Rony Keselman ("Amorcitos", "Amniótica", "Boliche, un lugar con historia"). La interpretación corre por cuenta del grupo El Cuadrilátero (Daniel Di Biase, Fernanda Caride, Adrián Batista, Melina González, Guillermina García Satur, Leonardo Alvarez, Paula Mengarelli y Segundo Cerrato). Las funciones, a partir de esta noche, tendrán lugar en El Ombligo de la Luna.
. La puesta argentina
. El proyecto de montar "Popcorn" en esta ciudad es de Fernanda Caride y Adrián Batista, protagonistas de la pieza. Ellos compraron los derechos y le pasaron la traducción al director Manuel González Gil, que hizo la versión y la adaptación y propuso que Rony Keselman -en varias oportunidades asistente en sus espectáculos- la dirigiera. Para el joven creador resultó todo un desafío. Estaba acostumbrado a espectáculos pequeños, con pocos actores.
. Una de las cosas que más atraparon a Keselman fue la posibilidad de trabajar la violencia. "La gama de violencia que aparece en la obra es muy rica -comenta-. Y no pasa solamente por que en la obra haya dos asesinos psicóticos que se meten en la casa de un director de cine, sino que me pareció que estaba muy bien planteada la violencia humana en todos los personajes y en las relaciones que se dan entre ellos. Así descubrí que podía hablar de la violencia en diferentes planos, tanto la explícita como la que está solapada; la reprimida y el estallido violento. Hasta me interesó jugar con la violencia que puede aparecer en la imaginación del espectador, porque cuando imaginás una situación violenta generalmente tu fantasía la hace más violenta de lo que es en verdad."
. La versión de Manuel González Gil buscó acercar el material a la realidad argentina. Keselman reconoce que en el original los personajes tienen un tiempo para reaccionar ante lo violento que es muy diferente del nuestro. "Ante una situación tan límite -aclara-, nuestras reacciones son más aceleradas. Manuel trajo el texto a este Buenos Aires, donde hoy la violencia es moneda corriente. Y donde además el humor -la obra posee mucho humor negro- adquiere matices violentos."
. "Popcorn" tiene implícita también una crítica a los reality shows, ya que el drama que vive el director de cine comienza en un momento a ser transmitido en directo por televisión. Ben Elton escribió últimamente sobre esto más en profundidad -se ha metido con "Gran Hermano", por ejemplo-. Cuando ingresa una cámara de TV en el espectáculo e invade la acción los espectadores tendrán la posibilidad de analizar la experiencia en dos planos: el estrictamente teatral y el visual, a través de una pantalla.
. Rony Keselman destaca que este proyecto le posibilitó descubrir "que era más violento de lo que pensaba", pero, a la vez, paradójicamente, que la pieza transforma la violencia en emoción. "La gente -dice- sale conmovida, emocionada, y esto hasta posibilita realizar una fuerte reflexión. La obra trata de exorcizar fantasmas y nos permite pensar que podemos cambiar cosas. Aunque el autor en varios momentos diga: "Nadie se hace responsable de nada", estoy convencido de que algo podemos cambiar."
. Carlos Pacheco