viernes, 12 de septiembre de 2014

La escena local tuvo su noche glamorosa en una nueva entrega de los premios Por Laura Ventura | Para LA NACION



Espectáculos

Otros ganadores fueron Rony Keselman, 

por su musicalización de El principio de Arquímedes,

La transmisión de la TV Pública comenzó a las 23.30, 

es decir que los premios principales recién pudieron verlos los trasnochados,

 pasada la 1 de la madrugada, 

mientras que el ACE de Oro llegó pasadas las 2 de la mañana.

 





Recibiendo el Premio ACE

Recibiendo el Premio ACE, temporada 2013/2014 en el rubro: mejor música original por la obra "El Principio de Arquímedes".



"La Bestia Rubia" crítica de Olga Consentino

Olga Cosentino elogió la obra LA BESTIA RUBIA, con texto de Andrés Gallina, dirección de Tatiana Santana y actuación de Nelson Rueda que sigue hasta el 21 de septiembre de jueves a sábados a las 21 y los domingos a las 19 hs en el Cultural San Martín, Sarmiento 1551.

Era un verdadero desafío pretender recrear un personaje tan cercano en el tiempo y tan asociado a una visión todavía polémica de la historia local. Pero el cura Mugica quedó a salvo del estereotipo gracias a una escritura que valoriza su humanidad por encima de su heroísmo, y es ahí donde el personaje alcanza estatura trágica. En Andrés Gallina el teatro argentino tiene ya no sólo un dramaturgo de fuste sino un poeta de la escena.Y hay que decirlo, Gallina supo y pudo rodearse de un equipo a la altura de su texto, porque Tatiana Santana es una directora de un rigor, una exactitud y a la vez un vuelo inusuales. El desafío de usar los recursos del musical no es menor y no sólo lo sortearon con éxito sino que lo convirtieron en un lenguaje necesario, que sumó sentido y potencia al discurso dramático. Es que no hay concesiones al lugar común tampoco en la coreografía de Mecha Fernández ni en la música de Rony Keselman; nada está porque sí ni resulta meramente ornamental, todo significa, incluyendo el physique du rôle del protagonista Nelson Rueda, pero también el de los cuatro chicos del coro en quienes toman cuerpo el pueblo, los represores y hasta el asesino.
La bestia rubia es una pequeña joyita teatral que merece verse.
OLGA COSENTINO


jueves, 11 de septiembre de 2014

"La Bestia Rubia", crítica de SAT, Sabor a Teatro

Con respecto a la banda sonora, realizada por Rony Keselman, deleita profundamente. Le otorga un peso fundamental a la historia, impidiendo que caiga en algún momento. Cada momento de tensión se escucha, se ve y se siente. Las tres disciplinas (danza, canto y actuación) se fusionan tan bien que deseamos que “La bestia rubia” no finalice nunca.

domingo, 7 de septiembre de 2014

"La Bestia Rubia" crítica de Romulo Berruti

LA BESTIA RUBIA, INTENSO Y SOBRIO HOMENAJE TEATRAL AL PADRE MUGICA



Verdadero ícono de la iglesia tercermundista en nuestro país, la figura del padre Mugica ya tuvo un acercamiento cinematográfico con un documental muy difundido que a su vez es ya icónico. Ahora llegó al teatro con una puesta de Tatiana Santana donde su figura, su lucha y su premonición -más de una vez se anticipó a su asesinato- renacen con un homenaje breve, conciso y emotivo. El ámbito despojado se apoya sólo en chapas con el aerosol de Perón Vence y en un muy oportuno subrayado musical de Rony Keselman para armar un espectáculo coral donde el protagonista es el eje y un grupo de actores jóvenes el remolino que supo suscitar. Es notable la aproximación de Nelson Rueda a la figura de Mugica, donde el parecido físico es apenas un detalle en comparación con su entrega interior. El armado funciona en lo coreográfico y es cauto en la duración -50 minutos-, todo lo demás es teatro del bueno. En el Centro Cultural San Martín los jueves, viernes y sábados a las 21 y los domingos a las 20.

Página/12 "TEATRO › LA BESTIA RUBIA, UNA OBRA TEATRAL SOBRE EL PADRE MUGICA"


Homenaje al cura de los pobres

Con una puesta vertiginosa, que combina actuación, danza y canto, la pieza teatral montada en El Cultural San Martín pone en escena algunos de los pasajes más significativos de la historia del sacerdote y militante.
Fue interesante cómo se planteó el trabajo, porque cuando se incorporaron los bailarines, Nelson estaba mucho más sólido. Así, la obra fue expandiéndose; él creció como actor, junto con el trabajo de sus compañeros, con el de la coreógrafa Mecha Fernández y con la música de Rony Keselman.