lunes, 2 de julio de 2012

La familia del Jorobado. Crítica de "Tranvías y deseos"


La música (Rony Keselman) es un actor vital de esta obra dotándola de un espesor y una porosidad tan cautivadora que no solo enhebra trama y subtrama, sino que condimenta todo el relato de una mayor profundidad de campo en lo emocional-espiritual de ambos personajes.
Ana Padilla luce bien anclada en esta brava parada. Su crecimiento actoral se ha consolidado devolviendo paredes en cada respiro de la obra y ello no es un dato menor. Tener en el propio escenario a Roxana Randón no es gratuito. Exige dar todo de sí y lo logra con creces.
Ello se nota ya que las dos actrices tienen un juego tridimensional en  todo su recorrido. Piensan, hablan y accionan sus cuerpos. No se sabe nunca para donde irán con sus conflictos a cuestas. Allí se nota el trabajo notable de la dirección de Mónica Buscaglia. Impecable.