Una puesta en escena creativa, inteligente, muy laboriosa de la directora Corina Fiorillo (en su tercera incursión en el mundo perinelliano); un aprovechamiento insólito del limitado espacio que ofrece la Sala Luisa Vehil (antes conocida como el Salón Dorado del Cervantes), a partir de la escenografía de Julieta Risso y del movimiento de los actores dentro de ella diseñado por Mecha Fernández. Méritos que, sumados a la música original de Rony Keselman, hacen de Miembro del jurado un espectáculo que no puede ser ignorado por los amantes del teatro.
Jorge Dubatti
Tiempo Argentino.
