viernes, 6 de abril de 2012

Cachafaz. Crítica revista 23

03.04.2012
  

Cachafaz De Copi. Dirección: Tatiana Santana. Con Emilio Bardi y Claudio Pazos.
Los sábados a las 22 en Teatro Del Sur, Venezuela 2255. Entrada: $70

La interpretación que ofrece Tatiana Santana al montar el sainete con buen humor sentimental aligera la fatalidad que pesa sobre la presunta revolución proletaria, condenada a un porvenir dudoso. Ese es un punto de vista valedero y potencialmente en consonancia con los juegos contradictorios del autor. La puesta de Santana replica con extrema economía la precariedad de barricada, acaso nacida en Copi, de cara al repentismo reactivo del Mayo francés. Excelentes según la marcación, Emilio Bardi y Claudio Pazos (los muñecos sin psiquis de la pareja extrema) y la entusiasta comparsa de vigilantes y vecinos. La música de Rony Keselman da tono, color y vigoroso sostén a los gratos cantables. De esta o de otra manera, Cachafaz es lo que se vea en escena y también otras nuevas subversiones más radicales. Así de provocadora es esta última creación de Copi. Como toda su dramaturgia, escrita en francés y traducida al “rioplatense”, su mayor poder es el de escurrirse fuera de toda versión canónica. Se recrea diferente, según cada teatrista, cada espectador que la hace suya.

martes, 3 de abril de 2012

El sonido y la furia Comentarios o advertencias breves sobre teatro, espectáculos y demases

Donde viven los monstruos


Cachafaz de Copi. Dirigida por Tatiana Santana.

x Martín Villagarcía

Por fortuna, poco a poco Copi va dejando de ser objeto fetiche de culto para obtener el reconocimiento masivo que necesita y merece. Un primer paso ya lo dio Stephan Druet en 2009 al estrenar Una visita inoportuna en el Konex con Moria Casán a la cabeza del elenco. Ahora le toca el turno a Tatiana Santana con su Cachafaz en el Teatro del Sur.

La obra fue dejada sin publicar por Copi antes de morir y se estrenó por primera vez en París en 1993. Sin embargo, es una pieza clave dentro de su obra (como lo es cada uno de sus cuentos, novelas, cómics, etc.), en tanto establece un diálogo directo con la Argentina que le es contemporánea. Copi escribió Cachafaz nada más y nada menos que en 1981, año en el que, como bien señala Daniel Link, se instala el debate en torno a qué forma estatal y qué lengua le conviene a la nación. Esto es así porque la obra es en realidad un poema escrito en la tradición gauchesca y, como lo exige ese género, hace enfrentar a través de la lengua el orden del estado con el orden de los insurrectos.

Cachafaz (Emilio Bardi) es un delincuente que vive en unión pecaminosa con la Raulito (Claudio Pazos), la loca del conventillo. El contrapunto entre los dos personajes instala un primer debate en torno a la estabilidad de los géneros. En un principio, el híper machismo de Cachafaz contrasta fuertemente con las maneras de la Raulito. Sin embargo, es esta última la que se tiene que poner los pantalones más de una vez para salir a defender lo que es suyo, ante la ley y ante la chusma, mientras que su amante apolilla cómodamente. Por otro lado, la feminidad de la Raulito lo convierte en mujer, al menos a los ojos de Cachafaz, quien se refiere a las otras como “mujeres sin pito”. Juntos deben enfrentarse solos contra todos, en tanto la abyección de su amorío llega a su punto más alto al momento en que matan al milico (Marcelo Lirio) que los viene persiguiendo. Así, la obra se transforma una vez más y adopta un carácter trágico, donde los dos deben afrontar la cólera de los dioses para permanecer unidos.

La puesta de Tatiana Santana es efectiva y captura acertadamente el tono y la lengua de la gauchesca y de Copi. La orquesta de músicos en vivo establece el tono de la obra desde entrada y las actuaciones son impecables, especialmente en el caso de Claudio Pazos en el papel de la Raulito.

Crítica a "Cachafaz" nuevo espectáculo que acabo de estrenar.

Cachafaz es la última obra que escribió Copi (Raúl Damonte Botana), nieto del fundador del diario crítica y de Salvadora Onrubias famosa abuela, conocida por anarquista y feminista de quién heredó su apodo. Pieza que lamentablemente el autor no pudo ver representada porque murió en 1987.
Con versos gauchescos, elementos del sainete y la tragedia nos ubica en una historia audaz y vertiginosa en un rancio conventillo de Montevideo, con personajes típicos que no se animan a cruzar el umbral.
Con su estilo particular, desvergonzado y con fino humor, Copi se replantea el mundo desde una nueva concepción de género y sus variados matices, remarcando y revisando los antiguos e inflexibles conceptos
Es la historia de la Raulito, un destartalado personaje, tal vez travesti, con excelsas aspiraciones, y “el cachafaz”, una especie de cafishio y guapo del lugar. Rodeados de vecinos que les recriminan su escandalosa moral.
La pareja desafía los límites, viviendo al margen de la ley, enfrenta y cuartea policías para calmar el hambre de la vecindad y asume su trágico final.
Muy buena puesta y dirección que aprovecha el amplio espacio que propone este bello teatro, destacando el necesario e impecable acompañamiento de la música en vivo, los ajustados coros, y las coreografías que revitalizan lo original y disparatado.
Claudio Pazos se luce con una Raulito delirada y tierna, mina fiel de una época, y Emilio Bardi compone al guapo compañero, que no encuentra la inspiración para la poesía de un tango, ambos resaltan la contundencia, y las conmovedoras metáforas de los versos del autor. MUY BUENA.