sábado, 21 de marzo de 2015

SÍNDROME DE AMOR. Crítica de Meche Martínez para Site de Teatro y Literatura.


!Algo ya que es curiosidad en mí, ¿de dónde nacen las notas musicales, comulgando a la perfección con cada cuadro, logrando así la ambientación perfecta que enaltece cada momento? El ángel se llama Rony Keselman. Sus versiones se corean entre los espectadores, hasta hacer saltar de las butacas al grito de ¡bravo! como en Balada para un loco. Con manos ardientes y agitadas, aplauden las voces de las actrices, que también se mecen y se lucen gracias a la intervención del músico. Solo él realiza temas originales acordes a las piezas, como así versiones libres con estilo propio que la platea acompaña hasta con el pie. Un ensamble hacia el final, donde sin dudas, es el momento más sublime, que sensibiliza hasta el escalofrío".

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