jueves, 9 de noviembre de 2006




Los chicos del musical hacen reír
Lunes 17 de Abril de 2006
"Dos de oro". Idea y guión: Oscar Lajad, Mariano Rey y Rafael Monti. Dirección de actores: Darío Petruzio y Rony Keselman. Dirección general y actuación: M. Rey y O. Lajad. Arreglos musicales: Gustavo Calabresse. Coreografía: O. Lajad. Luces: D. Petruzio. Vestuario: Flavio Mendoza. Marionetas: Inés Castro. Producción ejecutiva: Guadalupe Bervih. En la Sala Colette, del Paseo La Plaza, los viernes, media hora después de la medianoche.

Nuestra opinión: bueno

Aquellos que frecuentan cuanto musical se estrena en Buenos Aires prácticamente ya conocen cada rostro y cada nombre de aquellos artistas que se repiten en cada uno de ellos tanto como coreutas como en eventuales roles de reparto o protagónicos, según el caso. Oscar Lajad y Mariano Rey tienen un background importante en el género (sobre todo, el primero), pero siempre entre la multitud de talentos (aunque se los vio brillar el año pasado en "Houdini"). Lo grato de este espectáculo es encontrarse con la certeza de que estos dos jóvenes actores-cantantes-bailarines tienen talento de sobra. Es muy placentero toparse con un show así, que muestre más de cerca y en forma más auténtica el talento, ya que las grandes obras sólo los muestran en masa. Uno puede imaginarse los momentos interesantes como éste, que podrían brindar todos sus colegas del género. Humor y música "Dos de oro" no es un espectáculo con un argumento ni un hilo conductor. Son cuadros musicales de humor bien hilvanados, sin siquiera la necesidad de puentes o excusas. El ritmo impuesto desde la concepción es tan bueno y ágil que se vuelve una ametralladora de gags, cuadros coloridos, baile, canciones y buenas ideas. Casi todos los temas musicales son creaciones propias, con partitura muy bien compuesta por Gustavo Calabrese y letras ingeniosas de Lajad y Rey. "Winners metrosexuales", "Alelí", "Robertito" y "En busca del niño interior" son los mejores momentos. Pero el más desopilante es el de las marionetas, realizadas con el cuerpo de los muñecos colocado bajo el rostro de los mismos actores, vestidos de negro (tantamaresca). Tanto el texto como la composición son desopilantes. Pero todo se empaña un poco con algún cuadro vulgar como "Indio Toba", muy lejos del nivel del resto del show. Seguramente ningún descendiente de aborígenes o habitante de las provincias del Norte se sentirá cómodo con esta parodia algo xenófoba. Las coreografías de Lajad tienen buen despliegue y creatividad en el pequeño espacio. Sin ser sofisticadas, son ricas en variedad de movimientos. Por su parte, es un gran mérito la dirección actoral de Rony Keselman y Darío Petruzio. Dos talentos Ojalá aquellos que producen grandes musicales se fijen un poco más en estos dos talentosos artistas. A diferencia de muchos bailarines del género, que caen en facilismos y no son muy hábiles en la expresión, tanto Lajad como Rey se mueven con absoluta seguridad y oficio en el café concert. No le temen al micrófono y demuestran un histrionismo que el público agradece. Asimismo, ambos equilibran muy bien la escena, no sólo por tener una gran conexión, sino por ser bastante distintos en la composición. La expresividad de Mariano Rey le pone una chispa especial al show: la juega de pícaro y le sale muy bien. Entretanto, Oscar Lajad es muy hábil en la composición y, por momentos, sin hablar, sólo con un gesto o una mirada, despierta carcajadas. Ambos son muy buenos cantantes y alcanzan un momento brillante en la versión milonguera que hacen de "Fiesta", de Raffaela Carrá.

Pablo Gorlero
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/798037

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